´Amauta´ es una voz que se encuentra corrientemente en el castellano del Perú y que tiene su origen en el aimara y en el quechua. Actualmente se usa para designar a una persona experimentada, generalmente anciana, que en las comunidades andinas tiene autoridad moral y algunas facultades de gobierno. También se llama ´amauta´ al grado más alto de la condecoración de las Palmas Magisteriales que se otorga a una persona por su contribución a la cultura del país. Según la tradición andina, recogida por los cronistas, era el equivalente del maestro y del escriba en el imperio inca. Según Alberto Tauro del Pino, el ´amauta´ era un personaje adscrito a la casa del inca que debía componer cantos en elogio de los hechos y hazañas de los antepasados del gobernante, y recitarlos ante el pueblo en ocasiones solemnes; un filósofo que se hallaba familiarizado con la observación de los astros, los prodigios atribuidos a los dioses y las costumbres relacionadas con la religión; un actuario que recordaba las normas de la legislación, un maestro que enseñaba las ciencias y que era admirado hasta la veneración. Tenía, sin duda, influencia sobre los soberanos. José Carlos Mariátegui bautizó como ´Amauta´ (1926) a su célebre revista y, con el paso de los años, él mismo ha recibido ese honroso apelativo. ´Amauta´ se ha incorporado fácilmente al castellano nuestro por la eufonía de sus sonidos que se acomodan con prontitud a la fonética de la lengua que hablamos todos los días. (Marco Martos).
Zampado
El poeta Gonzalo Rose usó la voz “zampado” y sus variantes en su texto “A la orden”: “Zampado el aire.